Las relaciones toxicas como las conocemos típicamente, son aquellas relaciones que en definitiva NO nos nutren, sino todo lo contrario nos hace sufrir. ¿Te ha pasado alguna vez? ¿Te has sentido atrapado en alguna relación así? ¿Crees que ya no hay respeto y a menudo vives frases hirientes?.. ALERTA!!
Las relaciones toxicas son todas aquellas en las que una o incluso dos personas están sometidas en un desgaste emocional, no quiere decir que solo en la pareja, si no en todos los ámbitos de tu vida cotidiana: Familia, Amistades, Trabajo, Noviazgo, etc.. En cualquiera que sea, experimentamos dentro de esta relación más sufrimiento que placer y alegría de estar, los momentos de felicidad se vuelven escasos y efímeros, mientras que los desencuentros son cada vez más constantes.
Es normal encontrar que una de las personas asume el rol dominante, es decir, se adueña de la situación y causa el mayor daño al otro ya sea de manera agresiva directa o indirectamente. La persona dominante comienza a tratar al otro como si fuera un objeto, lo minimiza, intimida e incluso fomenta miedos e inseguridades para así obtener un mayor control, dando paso así al maltrato psicológico.
Aunque suene difícil de creer, y creamos que nuestras relaciones son sanas, encontrarnos ante estas situaciones es muy común y sumamente valido pues nadie aprende sin experimentar, lo verdaderamente preocupante es quedarse ahí por mucho tiempo, pero respira y no te angusties… si claro es que la convivencia con todas las personas no es fácil, tampoco tendría que ser una tortura.
Si realmente es tu caso, la buena noticia es que ya te has dado cuenta y te has percatado de lo que seguramente no quieres en tu vida o en lo desgastante que será llevara una relación así, definitivamente el darse cuenta es la mejor arma para iniciar con una solución.
En ocasiones no es fácil salir por sí mismo pero siempre es bueno buscar la ayuda de un psicólogo para orientar tu toma de decisión y aclarar todas aquellas situaciones que te acomplejan, recuperar el amor propio y vivir un empoderamiento personal, dándote cuenta realmente la calidad de persona que eres y lo que puedes ofrecer a los demás de una manera sana y provechosa.
Debes de tomar siempre en cuenta que amar no significa desaparecer o minimizarse para la otra persona, el amor realmente sano es aquel donde los miembros de la relación puedan crecer como personas, porque se alimentan el uno al otro en una relación de iguales.